Consejos para hacer una cena romántica

gastronomía y velas

Una cena romántica depende en su mayoría de las dos personas implicadas y no de las decoraciones o la comida. Pero aunque nos baste con la compañía, no nos viene mal saber alguna de estas cosas por si este frío San Valentín optamos por darle una sorpresa a nuestra pareja.

Planificación y decoración

Es importante que la idea de la cena romántica no surja de forma precipitada, puesto que es preferible que hasta el más mínimo detalle esté preparado. Así, nos ahorramos situaciones que enfrían la velada como buscar algo en el último momento o cruzar toda la casa para alcanzar esa otra cosa.  Todo debe de estar cerca de la mesa en la que vamos a cenar.

En cuanto a la decoración, sobre gustos no hay nada escrito y cada pareja tendrá su propio estilo, desde cubertería de plata y mantel de seda hasta quienes prefieren algo más sencillo. Pero aunque esto pueda variar, hay algunos detalles que son universales y que no nos suponen ningún esfuerzo al bolsillo. Por supuesto estamos hablando de velas, un pequeño centro de flores (preferiblemente rosas) y vino o champán. También debemos prestar atención a la cubertería y vajilla.

Pero no solo decoramos la mesa, sino también los alrededores, y todo depende de la época del año. Un picnic viendo el atardecer o una cena en la terraza serían perfectas, pero ya que febrero suele ser bastante frío, una cena romántica de San Valentín es obligada hacerla en casa. Si disponemos de chimenea, sería una ocasión ideal para encenderla, pero a falta de esta siempre puede salvarnos una luz tenue.

Ambiente y comida

Si estamos en medio de una cena romántica pero tenemos puestas las noticias, os aseguro que no funcionará. El mundo externo debe desaparecer, solo debería existir la pareja, su conversación y la cena en sí. Por eso, mejor móviles y televisiones apagados, aunque podemos recurrir a la música para potenciar la burbuja romántica.

Y la estrella de una cena: la comida. Hay múltiples opciones, pero lo importante es que no se trate de una cena copiosa y pesada. Debe de ser detallista, con varios aperitivos o platos pero con menor cantidad, para poder picar aquí y allá sin acabar con el estómago hinchado.

Siguiendo esto, lo importante será centrarnos en los aperitivos, pudiendo hacernos con varios alimentos afrodisíacos frescos y ligeros, como mariscos o algunos vegetales. Pero si queremos ser más elegantes siempre podemos poner un entrante con un rico jamón ibérico de bellota, como el de Guijuelo Directo, que además nos lo envían a casa y podemos adquirirlo ya loncheado, para que su preparación sea más cómoda.

En el plato principal podemos cocinar platos sencillos pero sobrios como carnes rojas sin huesos o pescados sin espinas. También podemos tirar de fondue de queso (o de chocolate, para el postre) con distintas frutas, puesto que los platos compartidos siempre son un acierto para las cenas románticas.